en un trazo
en un solo trazo
sin levantar el lápiz del papel
sin pasar por donde se ha grafiado antes
como si fuera la sección de un edificio
que empieces por donde empieces
siempres vuelves al mismo sitio
que se cierra sin saber cual es el principio
Así se forma el calendario, como una abstracción de un edificio que se construye en el aire y donde los habitáculos cerrados conforman los espacios donde se alojan los días del mes. Quedando invisible, la estructura portantes como algo que no existe, pero sin lo que se podría concebir esos espacios habitables, que son los únicos que se grafían en los planos abstractos que dibujamos cada día.
Dentro de los habitáculos, se encuentran los diez símbolos, que solos o combinándolos, nos permiten ordenar el paso del tiempo. Que si miramos hacia atrás nos hacen recordar y si miramos hacia delante nos hace imaginar. Esos símbolos, que en contra a los habitáculos que los contienen, son abiertos pero conformados en un trazo.